domingo, 26 de octubre de 2008

INTRODUCCIÓN HISTORIA ECONÓMICA

INTRODUCCIÓN HISTORIA ECONÓMICA.
Las características, según Joseph Schumpeter:
Carácter relativo. No se aceptan modelos de carácter universal.
Ciencia heterónoma. Depende de otras por la correlación de elementos políticos, sociales y culturales.
Las motivaciones del ser humano no tienen que responder a una lógica, desde el punto de vista económico. Más bien, deben valorar las actitudes de sociedades e individuos, contextualizadas.
Combinación necesaria de los hechos individuales con los casos colectivos.
La metodología, para el estudio de la Historia Económica, requiere un conocimiento previo de distintas disciplinas –demografía, estadística, econometría, etc.—; esto, debe estar acompañado de una postura crítica encaminada a la observación de dichos elementos que se presentan como fuentes útiles para la acción investigadora.

Por su parte, la cuantificación supone un proceso delicado debido a tres cuestiones: espíritu crítico, medio para lograr una explicación general y conocimientos previos requeridos.

NACIMIENTO Y DESARROLLO.

La tradición arranca de Adam Smith, aunque se debe tener presente que la economía no se entendía como tal.

Los precedentes se sitúan en el XVIII y comienzos del XIX, con la denominada economía política, que reflexionaba sobre los fenómenos del pretérito intentando analizar la política desde una perspectiva económica.

Se deben señalar como autores básicos, de este período, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx.

A mediados del siglo decimonónico, se produce la irrupción de la Escuela alemana que tendrá una enorme repercusión para la Historia; pues aparecerá, ésta, como ciencia. Su figura más representativa será Leopold Von Ranke.

El autor prusiano afirma que el estudio del pasado es objetivable y se llega a través de un método –descripción de los documentos—. Presenta un componente político muy elevado. Con él, se inicia la corriente tradicional alemana que se conocerá con el nombre de historicismo.

Se relaciona el mercantilismo con el intervencionismo estatal en aspectos económicos. A su vez, y por tanto, el mercantilismo se debe presentar como una práctica económica y no como una doctrina.

En el siglo XIX aparece la idea de progreso, como los pasos o estadios que comprenden un desarrollo en las realidades integrantes de las civilizaciones. Esto equivale a una visión positiva que se verá quebrada con motivo de las dos guerras mundiales.

En el siglo XX surgirá una corriente francesa, en 1929, conocida como la Escuela de Annales, que debe su nombre a la revista Annals. Sus fundadores serán Marc Bloch y Lucien Febvre, quienes tratan de romper con la visión aportada por las corrientes anteriores.

Se trata de un movimiento trascendental, pues se pasa a una historia, fundamentalmente, económica y social. Tiene una finalidad explicativa.

A mediados del siglo XX, concretamente en las décadas de los años ’50 y ’60, se produce el máximo apogeo y desarrollo de la Historia económica. Ello se deberá a la existencia de tres tendencias historiográficas: la segunda generación de Annales, el materialismo británico y la cliometría.

Segunda generación de Annales: Braudel.

Fernand Braudel asume la dirección de la revista en 1949. En un intento de rechazar las tendencias tradicionales, que se dedicaban a los aspectos políticos, y fuertemente influido por el estructuralismo, Braudel pretendía exponer una visión del tiempo histórico en tres niveles: período largo, medio y corto. Con ello, trataba de realizar una aproximación a lo que se llamaba Historia total.

El período largo es la estructura más relevante y, en dentro del mismo, la Geografía gozará de un papel primordial porque, según Braudel, apenas variaba. El período medio se centraba en los aspectos económicos y sociales, ya que se trata de estructuras estables y perdurables. Por último, el tiempo corto quedaría reservado para los acontecimientos políticos que permiten la posibilidad de conocer cuestiones puntuales.

Escuela marxista británica.


Se caracteriza, obviamente, por seguir los fundamentos ideológicos de Karl Marx. En esta corriente, destacan los autores Paul M. Sweezy, Maurice Dobb y Robert Brenner. Buscan explicar la transición de unos modos de producción a otros; es decir, el paso del esclavismo al capitalismo/socialismo, encontrándose a medio camino el feudalismo.

Se producen importantes debates en torno a la transición, sufrida en el siglo XVIII, del feudalismo al capitalismo. En 1945, surge la polémica de cómo se llegó al capitalismo, a raíz de la publicación de la obra, de Maurice Dobb, Estudios sobre el desarrollo del capitalismo, donde el autor afirma que se trata de un hecho cuyas raíces se encuentran inmersas en los propios Estados, especialmente Inglaterra. Por su parte, Sweezy criticó la postura de Dobb, e influido por la obra de Henri Pirenne, acusándola de menospreciar la importancia de las rutas comerciales (Immanuel Wallerstein, Análisis de sistemas-mundo. Una introducción; México, Siglo XXI, 2005).

En este contexto aparece la figura de Robert Brenner, en los años ’70, quien señala que el nacimiento del capitalismo se basa en la evolución de las relaciones sociales. Esto se identifica con la crítica a la conocida lógica neosmithiana.

Esta corriente supuso un impulso muy importante, en el ámbito internacional, de la economía.

Cliometría.

Escuela estadounidense que emplea, de forma radical, métodos matemáticos y de cuantificación. Reduce el estudio de la Historia a una serie de fórmulas que facilitarían la comprensión de las actividades colectivas. Se trata de un nuevo tipo de acercamiento al pasado.

Esta línea empezó con Conrad y Meyer, quienes hicieron un trabajo sobre la economía esclavista en el sur de los Estados Unidos, provocando una gran polémica. Sin embargo, la obra más destacada siguiendo esta línea de investigación, fue la realizada por Robert W. Fogel sobre el desarrollo del ferrocarril americano, y según la cual Fogel concluía que los ferrocarriles apenas habían incidido en el desarrollo económico de los Estados Unidos, generando un enorme debate.

Situación actual.

Se ha vuelto a valorar la historia política, así como la cultural y, con ello, la importancia del acontecimiento en concreto, algo que había sido rechazado por las tendencias anteriores.

La fuerza de lo individual recupera fuerza, ligado a las mentalidades e ideologías. A esto se añade la influencia de las ideas cercanas al posmodernismo. Se promulga la defensa de un método abierto a la interpretación debido a la imposibilidad objetiva.

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