jueves, 30 de octubre de 2008

INFLUENCIA ESCOLÁSTICA

Un término clave del pensamiento plenomedieval es la Escolástica y, a partir del cual se abarcan distintos temas, como la usura, el interés, el precio del dinero, la pobreza, etc. Los autores más destacados serán Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme.
  • Tomás de Aquino.

Autor referente para la época. Se trata de un gran teólogo y pensador de la Edad Media. Durante el siglo XIII, Tomás de Aquino dedica una parte a los aspectos económicos, estudiados empíricamente, a partir de la observación.

Reflexionó sobre las transformaciones económicas de la ápoca con respecto a la religión. Percibió la existencia primitiva de mercados y lanzó la problemática ocasionada por el monopolio, que podía estar relacionado con el alza de precios. De aquí, surge la teorización del precio justo, enlazada con la moral cristiana que se encuentra preocupada por el precio de las mercancías y establecer, así, el precio considerado justo.

Es el primer teórico que se centra en el modo en que surgen los precios, afirmando que las mercancías monopolizadas, raras veces, tenían un precio justo y, del mismo modo, todo precio que excediera el precio tomado como justo se consideraba pecaminoso porque generaba cierta riqueza.

En cualquier caso, Tomás de Aquino no expresó el mecanismo que debía aplicarse -algo que haría Bernardino de Siena-; en cambio, sopesó que debían regularse los salarios, ya que si, por ejemplo, alguien fabricaba sillas debía tenerse en cuenta los costes laborales que conllevaban dicha producción. Sin embargo, no tuvo en cuenta las condiciones de mercado, y se dieron diversas variantes en la búsqueda del precio justo.

Otro asunto tratado por Tomás de Aquino será el cobro de intereses, algo perverso según la visión clásica y que debía ser perseguido, tanto por la legislación civil como la religiosa, e incluso prohibido porque daría fruto a la práctica pecaminosa de la usura. Aquí se puede observar una terminología moral propia de la época, una postura teocéntrica.

Cuando Tomás alude al cobro de intereses, suscitó un enorme debate que señalaba que el beneficio era oprobio moral y la búsqueda de beneficio es algo propio del capitalismo. Durante la Baja Edad Media y, posteriormente, en el siglo XVI aparece un gran número de tratados que intentan legitimar dicha práctica proponiendo diferentes soluciones, como por ejemplo el lucro cesante.

En Castilla, proliferan tratados en busca de justificar los préstamos. En esta línea los autores más notables son: Domingo de Soto, Villalón, Tomás de Mercado y, especialmente, Martín Azpilicueta, como representante de la Escuela de Salamanca. Partiendo de las lecturas de Tomás de Aquino se centran en tres grandes temas: los intereses, las teorías cuantitativas del dinero y una primera versión de la teoría de la paridad de los precios.

Son conscientes de la pérdida de flujos económicos por parte del Estado y, desde posturas económicas, culparan a las operaciones bancarias -cambios, préstamos...- y tratan de impedirlas, o en su defecto, reducir dichas actividades, ya que incidían negativamente en la economía del Estado.

Hay una primera reflexión sobre los precios, por parte de la escuela de Salamanca, y se concluye que dependía directamente del lugar de compra. Esto es preludio de la paridad propia del siglo XX, aunque con ciertas matizaciones.

La teoría cuantitativa del dinero es el tema esencial de la escuela de Salamanca, y señala que dependía directamente de la cantidad de moneda circulante. El autor primigenio es Juan Bodino, y posteriormente, Hamilton y Fisher.

Los factores de producción se asientan sobre los siguientes conceptos: tierra, trabajo y capital. Hay autores que señalan a Tomás de Aquino como un precursor del libre-mercado, aunque fuera de manera inconsciente. Esto es una idea contradictoria, pues, su opinión sobre el cobro de intereses no favorece la libertad de comercio.

  • Nicolás de Oresme.

Autor del siglo XIV. Reflexionó sobre asuntos de carácter económico, integrando su pensamiento en perspectivas muy amplias. Pero, sus temas principales serán dos: comercio y monetarismo.

Se debe tener cuenta el incremento del poder monárquico para comprender su pensamiento. Su teoría está encaminada al incremento del poder monárquico, debido a su posición de consejero real con Carlos V en Francia.

En primer lugar, considera que el gobernante no debe oponerse al comercio. Es más, uno de sus deberes es fomentar dichas labores comerciales con la finalidad de incrementar el beneficio y bienestar de los súbditos. Con esto se facilita un mejor y mayor acceso a las rentas fiscales, es decir se permite una posible acción recaudatoria, debido a la progresión enriquecedora de los súbditos. Esto es una idea básica y plenamente mercantilista, como génesis de la Hacienda Pública.

En un segundo plano, y no menos importante, se puso en marcha una corriente de pensamiento que vincula el comercio con la correcta administración y, por extensión, de la moneda. En definitiva, la idea básica es el papel desempeñado por los príncipes en la economía y, principalmente, en el cuidado de la moneda.

Por último, destacar a Jacobo Burckhardt como autor clave para el estudio del Renacimiento. Con su obra, Cultura del Renacimiento en Italia, se permite modelar la evolución del mundo medieval hacia el moderno atendiendo a parámetros sociales, económicos, culturales, etc. Las ideas sobre el período parten de este autor, aunque en la actualidad se están revisando. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el Renacimiento es la generalización de prácticas que arrancan desde épocas anteriores.

PENSAMIENTO ECONÓMICO

Para abordar las teorías económicas desarrolladas durante la Edad Moderna, debemos tener muy presente el pensamiento medieval y la fuerte vinculación de las tesis económicas, propias del período moderno, con dicho pensamiento.
Por ello, las teorías económicas desarrolladas durante los s.XVI y XVII son absolutamente incomprensibles, sin prestar atención al pensamiento cristiano que caracterizaba el pensamiento bajomedieval. Esta herencia medieval se asienta sobre dos pilares básicos: el Derecho Romano y la tradición judía.
  • Derecho Romano.
Es un instrumento vigente en distintos aspectos durante la etapa medieval. Se trata de mantener la conexión con el mundo clásico, y aparece como elemento muy relevante en cuanto a la aparición y desarrollo de las nuevas monarquías. En esta línea, la figura del monarca emerge como pater familias con la función de impartir, principalmente, justicia a la hora de administrar el reino.
En este contexto, la justicia, debe entenderse de acuerdo a dos rasgos: por un lado, la gracia -término relevante para el estudio y comprensión de la Edad Moderna- que consiste en ceder sus derechos sobre los bienes que le eran inherentes y recibidos por medio de la Gracia divina, a través por ejemplo de regalías, para que fueran explotados; por otro lado, los monarcas absolutos representan la última instancia jurídica. En resumen, los monarcas poseen facultades distributivas y administrativas.
  • Tradición judía.

La tradición judía se ve depurada por el cristianismo, derivando en el judeocristianismo que, a su vez, incide social y económicamente para incorporarse en un marco ideológico que irá evolucionando con con el paso del tiempo. En este momento, comienza a observarse la tradición judía bajo sospecha.

Esto último provoca la proliferación de debates en torno a cuestiones como la pobreza y la riqueza. Todo ello como fruto de la inspiración judía adaptada por el cristianismo, con sus consiguientes contradicciones.

A prinicpios del siglo XVI, la riqueza debe verse legitimada. En esta línea, destacan los estudios de Max Weber sobre Calvino y la ética protestante. De ahí, irrumpe con fuerza la idea del lucro cesante, pues la Iglesia debe posicionarse ante la nueva situación, desde un punto de vista, obviamente, teológico. De esta manera, se permitirá el préstamo pudiendo recuperarlo y añadiendo una parte proporcional a lo que se hubiera ganado, de forma hipotética, en caso de haberlo destinado a otra actividad. En la actualidad, esta acción se conoce como costes de oportunidad. La aplicación de esta actividad permite la práctica capitalista.

Por último, debemos exponer las críticas desplegadas sobre las tesis de Weber, las cuales giran en torno a que los principales núcleos capitalistas se localizan en el Norte de Italia, concretamente Génova y Venecia, que junto a otras regiones se encuentran desvinculadas del protestantismo.

lunes, 27 de octubre de 2008

CARACTERÍSTICAS ESCUELA DE LOS ANNALES

Debido a la importante aportación de la escuela francesa de los Annales a la historiografía actual, como pudimos ver en clase, quiero añadir los principales rasgos[1] de dicha corriente, siendo los siguientes:

1. Creencia en el carácter científico de la Historia, advirtiendo que se trata de una ciencia en construcción y, a su vez, afirmando la necesidad de plantear hipótesis y transformar la historia-narración en historia, problema de investigación.
2. Permanente debate crítico con las ciencias sociales, de las cuales la Historia extrae conceptos, métodos, problemáticas y técnicas, incluyendo la cunatificación sistemática.
3. Ambiciona una síntesis histórica global de lo social, rechazando las corrientes tradicionales –historicismo alemán— que se preocupan por la historia de los acontecimientos aislados.
4. Abandono de la Historia centrada en hechos aislados para adoptar una apertura donde ocupen un lugar primordial los aspectos colectivos, sociales y cíclicos de lo sociohistórico. Se desmarcará de la tendencia centrada en los individuos.
5. Apertura con relación a las fuentes. Se abandona, de esta manera, la idea exclusivista de aceptar sólo documentos escritos –algo propio del positivismo—, a favor de reconocer la importancia de la tradición oral, los vestigios arqueológicos, la iconografía, etc.
6. Toma de conciencia de la presencia de diversos núcleos que constituyen el tiempo histórico. Esto permite abrir la Historia a diferentes disciplinas, que sirven de complemento en la tarea investigadora.
7. Preocupación por el espacio, en estrecha relación con la Geografía humana. Destaca, en ello, la aportación de la Geohistoria de Braudel.
8. Por último, la Historia vista como ciencia del pasado y ciencia del presente, de forma simultánea; permitiendo al historiador, como hombre de su tiempo, y a sus contemporáneos una mejor comprensión de su presente.


[1] Gloria M. Delgado de Cantú: Historia universal. De la era de las revoluciones al mundo globalizado; México, Pearson Prentice Hall, 2006.

domingo, 26 de octubre de 2008

INTRODUCCIÓN HISTORIA ECONÓMICA

INTRODUCCIÓN HISTORIA ECONÓMICA.
Las características, según Joseph Schumpeter:
Carácter relativo. No se aceptan modelos de carácter universal.
Ciencia heterónoma. Depende de otras por la correlación de elementos políticos, sociales y culturales.
Las motivaciones del ser humano no tienen que responder a una lógica, desde el punto de vista económico. Más bien, deben valorar las actitudes de sociedades e individuos, contextualizadas.
Combinación necesaria de los hechos individuales con los casos colectivos.
La metodología, para el estudio de la Historia Económica, requiere un conocimiento previo de distintas disciplinas –demografía, estadística, econometría, etc.—; esto, debe estar acompañado de una postura crítica encaminada a la observación de dichos elementos que se presentan como fuentes útiles para la acción investigadora.

Por su parte, la cuantificación supone un proceso delicado debido a tres cuestiones: espíritu crítico, medio para lograr una explicación general y conocimientos previos requeridos.

NACIMIENTO Y DESARROLLO.

La tradición arranca de Adam Smith, aunque se debe tener presente que la economía no se entendía como tal.

Los precedentes se sitúan en el XVIII y comienzos del XIX, con la denominada economía política, que reflexionaba sobre los fenómenos del pretérito intentando analizar la política desde una perspectiva económica.

Se deben señalar como autores básicos, de este período, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx.

A mediados del siglo decimonónico, se produce la irrupción de la Escuela alemana que tendrá una enorme repercusión para la Historia; pues aparecerá, ésta, como ciencia. Su figura más representativa será Leopold Von Ranke.

El autor prusiano afirma que el estudio del pasado es objetivable y se llega a través de un método –descripción de los documentos—. Presenta un componente político muy elevado. Con él, se inicia la corriente tradicional alemana que se conocerá con el nombre de historicismo.

Se relaciona el mercantilismo con el intervencionismo estatal en aspectos económicos. A su vez, y por tanto, el mercantilismo se debe presentar como una práctica económica y no como una doctrina.

En el siglo XIX aparece la idea de progreso, como los pasos o estadios que comprenden un desarrollo en las realidades integrantes de las civilizaciones. Esto equivale a una visión positiva que se verá quebrada con motivo de las dos guerras mundiales.

En el siglo XX surgirá una corriente francesa, en 1929, conocida como la Escuela de Annales, que debe su nombre a la revista Annals. Sus fundadores serán Marc Bloch y Lucien Febvre, quienes tratan de romper con la visión aportada por las corrientes anteriores.

Se trata de un movimiento trascendental, pues se pasa a una historia, fundamentalmente, económica y social. Tiene una finalidad explicativa.

A mediados del siglo XX, concretamente en las décadas de los años ’50 y ’60, se produce el máximo apogeo y desarrollo de la Historia económica. Ello se deberá a la existencia de tres tendencias historiográficas: la segunda generación de Annales, el materialismo británico y la cliometría.

Segunda generación de Annales: Braudel.

Fernand Braudel asume la dirección de la revista en 1949. En un intento de rechazar las tendencias tradicionales, que se dedicaban a los aspectos políticos, y fuertemente influido por el estructuralismo, Braudel pretendía exponer una visión del tiempo histórico en tres niveles: período largo, medio y corto. Con ello, trataba de realizar una aproximación a lo que se llamaba Historia total.

El período largo es la estructura más relevante y, en dentro del mismo, la Geografía gozará de un papel primordial porque, según Braudel, apenas variaba. El período medio se centraba en los aspectos económicos y sociales, ya que se trata de estructuras estables y perdurables. Por último, el tiempo corto quedaría reservado para los acontecimientos políticos que permiten la posibilidad de conocer cuestiones puntuales.

Escuela marxista británica.


Se caracteriza, obviamente, por seguir los fundamentos ideológicos de Karl Marx. En esta corriente, destacan los autores Paul M. Sweezy, Maurice Dobb y Robert Brenner. Buscan explicar la transición de unos modos de producción a otros; es decir, el paso del esclavismo al capitalismo/socialismo, encontrándose a medio camino el feudalismo.

Se producen importantes debates en torno a la transición, sufrida en el siglo XVIII, del feudalismo al capitalismo. En 1945, surge la polémica de cómo se llegó al capitalismo, a raíz de la publicación de la obra, de Maurice Dobb, Estudios sobre el desarrollo del capitalismo, donde el autor afirma que se trata de un hecho cuyas raíces se encuentran inmersas en los propios Estados, especialmente Inglaterra. Por su parte, Sweezy criticó la postura de Dobb, e influido por la obra de Henri Pirenne, acusándola de menospreciar la importancia de las rutas comerciales (Immanuel Wallerstein, Análisis de sistemas-mundo. Una introducción; México, Siglo XXI, 2005).

En este contexto aparece la figura de Robert Brenner, en los años ’70, quien señala que el nacimiento del capitalismo se basa en la evolución de las relaciones sociales. Esto se identifica con la crítica a la conocida lógica neosmithiana.

Esta corriente supuso un impulso muy importante, en el ámbito internacional, de la economía.

Cliometría.

Escuela estadounidense que emplea, de forma radical, métodos matemáticos y de cuantificación. Reduce el estudio de la Historia a una serie de fórmulas que facilitarían la comprensión de las actividades colectivas. Se trata de un nuevo tipo de acercamiento al pasado.

Esta línea empezó con Conrad y Meyer, quienes hicieron un trabajo sobre la economía esclavista en el sur de los Estados Unidos, provocando una gran polémica. Sin embargo, la obra más destacada siguiendo esta línea de investigación, fue la realizada por Robert W. Fogel sobre el desarrollo del ferrocarril americano, y según la cual Fogel concluía que los ferrocarriles apenas habían incidido en el desarrollo económico de los Estados Unidos, generando un enorme debate.

Situación actual.

Se ha vuelto a valorar la historia política, así como la cultural y, con ello, la importancia del acontecimiento en concreto, algo que había sido rechazado por las tendencias anteriores.

La fuerza de lo individual recupera fuerza, ligado a las mentalidades e ideologías. A esto se añade la influencia de las ideas cercanas al posmodernismo. Se promulga la defensa de un método abierto a la interpretación debido a la imposibilidad objetiva.